Inception, ¿el sueño es real?

Aug 12 2010 · 4 min read · Comments

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Inception es el largometraje que puede consagrar a Christopher Nolan como guionista y director de culto. Tras obras como "The Prestige", "Memento" o "The Dark Knight" nos trae un viaje de ciencia ficción muy complicado de describir. Poco o nada sabía de esta película hasta que se produjo el sensacionalista despliegue mediático de los últimos días. Apariciones en televisión, tercer puesto en IMDB (los rankings siempre son polémicos) e incluso la he visto retratada como "la mejor película de todos los tiempos" en algún blog. Desde luego fue ventajoso acudir a la sala con expectativas moderadas pues pocas posibilidades existían entonces de decepción.

Origen en su traducción al español, nos traslada a un mundo en el que es posible compartir y manipular sueños ajenos. El espionaje industrial alcanza una nueva dimensión donde que grandes corporaciones contratan a ladrones que actúan en los sueños (más conocidos como extractores) para arrebatarle información a la competencia. En este contexto se encuentra Cobb (Leonardo Di Caprio), uno de los mejores extractores que busca la redención para recuperar a su familia de forma desesperada. Para conseguirlo debe arrastrar a un equipo e iniciar una operación al más puro estilo "Ocean's Eleven" en el confuso mundo de los sueños.

Estoy completamente de acuerdo en que Inception ha bebido de otras muchas obras siendo la más evidente "The Matrix" con su visión especial del "Mito de la Caverna" de Platón. De hecho sería una película mediocre si se quedara en ese punto, por suerte, la obra que nos ocupa esgrime más de una razón para ir más allá. Una de sus virtudes es que demuestra que el cine comercial no tiene por qué ser burdo ni estar vacío (que no es decir poco), tiene sustancia y a la vez está hecha para gustar a un público amplio, veamos los motivos.

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Uno de los pilares básicos de Inception es el entrelazado de sueños y la incertidumbre de no distinguir la realidad de la fantasía. Llevar realidades y líneas argumentales paralelas en una misma película es muy complicado y Christopher Nolan sale bien parado de su atrevimiento. Como no podía ser de otra forma se toman varias licencias en el plano de lo estrictamente coherente y científico pero son comprensibles y si, el espectador viene dispuesto, se aceptan sin más. Cabe destacar la espectacular y onírica forma en la que nos introducen en el mundo de la manipulación de sueños, infinitas posibilidades, leyes de la física que podemos romper y todo por construir.

A las realidades difusas y a la reflexión sobre el subconsciente hay que sumarle una puesta en escena admirable. La secuencias de acción y los efectos especiales abundan sin llegar al hiperbolismo de otras producciones. En cambio, es la dosis suficiente como para mantener un ritmo trepidante y no aburrir a los menos acostumbrados a películas pausadas. Ha sido de especial agrado ver persecuciones que no estén protagonizadas por explosiones nucleares, cámaras lentas o movimientos espasmódicos de la cámara.

No he mencionado aún el componente dramático centrado en el intento de Cobb por recuperar a su familia perdida. Hay que reconocer que al principio nos es completamente indiferente aunque la implicación del espectador en este aspecto va "in crescendo". De esta manera se consigue la tensión que antes mencionaba. Esperaba más de la banda sonora, ya que tenía detrás a un gran compositor de acompañamientos para cine y videojuegos, Hans Zimmer. En cualquier caso no desentona para nada, simplemente pasa desapercibida.

Una película sobresaliente, la mejor en lo que va de año sobre todo porque me ha pillado por sorpresa. No me atrevo a decir más por no caer en la banalidad de perder las distancias y dejarme llevar por el entusiasmo del momento como ha ocurrido en otras reseñas. Si a estas alturas no te he convencido es que me expreso o escribo peor de lo que creía. No puedo sino recomendar su visionado en un buen cine.